Un Hombre pequeño...

Un hombre pequeño abrió la puerta y se adentro dejando atrás la cegadora luz del sol. El hombre estaba en sus cincuentas, algo regordete y se le veía una persona sencilla con un poco de canas que sobresalían sobre el poco pelo que le quedaba. Cerró la puerta sin hacer sonido alguno mientras su visión se ajustaba al cambio radical de luz. Llevaba puesto un traje negro, una camisa blanca y una corbata negra. Su rostro estaba pálido y su seca piel disimulaba el calor que hacia afuera en la calle.

Cuando sus ojos se ajustaron a la luz del lugar se quito el sombrero con delicadeza y siguió caminando por el corredor hasta la oficina principal, sus zapatos negros hicieron menos ruido en la alfombra.

El sepulturero lo miró desde su escritorio. "Buenas Tardes", le dijo.

- Buenas tardes - respondió el señor con voz suave y algo agitada.

"¿Puedo ayudarlo?"

-Si, si puede ayudarme - respondió el señor algo mas calmado.

El sepulturero hizo un gesto con sus manos para que el hombre tomara asiento en la silla junto a su escritorio "Por Favor."

El Señor tomo asiento en la silla poniendo su sombrero en sus piernas, vio con curiosidad como el sepulturero abría un cajón y sacaba unos documentos.

"Ahora," Dijo el sepulturero. Saco un bolígrafo negro de su escritorio y se dispuso a escribir. "¿Quién es el fallecido?" pregunto con amabilidad.

-Mi Esposa - respondió el hombre pequeño.

El sepulturero hizo un sonido de simpatía, " Lo siento mucho" le dijo amablemente y volvió a preguntar "¿Cómo se llamaba?", se dispuso a escribir.

- Mariana- respondió el hombre pequeño calmadamente y silenciosamente - Cruz-

El sepulturero escribió el nombre, luego le pregunto su dirección y el Hombre pequeño respondió a lo que el sepulturero volvió a escribir para preguntar "Se encuentra ahí en estos momentos?"

- Si, se encuentra ahí- volvió a responder el Hombre - Quiero que todo salga bien y sea perfecto- dijo el hombre pequeño - Quiero lo mejor que tenga-

"Por supuesto," respondió el sepulturero "Lo tendrá"

-El costo no tiene importancia- Dijo el hombre pequeño mientras intentaba tragar en seco - Todo carece de importancia ahora, Excepto por esto-

"Lo Entiendo"

- Ella siempre tuvo lo mejor, yo me encargue de eso.- El hombre pequeño miro al piso y una lagrima recorrió su rostro - Habrá mucha gente, Todo el mundo la amaba. Ella era tan bella, tan joven... Tiene que tener lo mejor, ¿me entiende?-

"Absolutamente" el sepulturero le aseguro con voz firme "Usted quedara más que satisfecho, se lo puedo garantizar"

El hombre pequeño hablaba sin moverse mientras que el sepulturero le seguía haciendo preguntas. Su voz no variaba en el tono en el cual hablaba. Sus ojos parpadeaban tan infrecuentemente que el sepulturero nunca los vio parpadear.Cuando el sepulturero termino de llenar el documento el hombre pequeño tomo el lápiz y firmo el documento con sumo cuidado. El sepulturero se levanto y se acerco al hombre pequeño extendiendo su mano "Le garantizo quedara satisfecho," dijo esto mientras el Hombre pequeño se levantaba con cuidado extendiendo la mano del sepulturero también la cual estaba fría y seca.

- Ella era tan bella, se merece lo mejor- volvió a decir el hombre pequeño.

"Estaremos en su casa dentro de una hora," le dijo el sepulturero.

- Perfecto- respondió el hombre pequeño. - Quiero lo mejor de lo mejor para ella-

"Todo será exactamente como usted lo desea, se lo aseguro"

-Se merece lo mejor- comenzó a hablar el hombre peño mientras caminaba al lado del sepulturero- Ella era tan bella, todos la amaban, todos. Era tan joven y bella-

"¿Cuando murió?" pregunto el sepulturero.

El Hombre pequeño pareció no escuchar la pregunta. Abrió la puerta del lugar con cuidado y se adentro a la luz cegadora del sol colocándose su sombrero. Estaba a mitad de camino de su auto cuando respondió con una sonrisa fantasmal en sus labios.

-En cuando llegue a casa....


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FELIZ NAVIDAD A TODOS!